Contundencia & Sutileza  

Deseo os encontréis gozando de muy buena salud y hayáis pasado un fin de año en paz y armonía.

Osho, El Libro de los Secretos  

“Sea lo que seas, ya eres espiritual. No hay que añadir nada nuevo a tu ser, y no hay que desechar nada de tu ser, eres lo más perfecto posible. No es que vayas a ser perfecto alguna vez en el futuro, no es que tengas que realizar un arduo esfuerzo para ser tu mismo.» 

Aquí va la propuesta para este ciclo online  inverno 2025. Esta dirigida a encontrarnos con matices de la energía que nos conforma. Uno de estos matices es la contundencia, contundencia que emerge de la percepción de las sensaciones corporales más potentes, como la solidez, la fuerza; estoy presente en este cuerpo que estoy habitando, estoy enraizado en este espacio tiempo y me hago consciente de ello, siento sus posibilidades y sus límites. Otro de los matices es la sutileza. La sutileza emerge de la percepción de las sensaciones más finas que provienen del cuerpo. Estas percepciones nos pueden llevar a la sensación de expansión de nuestros límites físicos y de conexión con lo que nos rodea, más allá de nuestro cuerpo.

Con la práctica y la voluntad de escucha atenta del cuerpo, de las sensaciones que emergen del mismo durante los movimientos, los momentos de silencio, en la vida diaria… se va pudiendo diferenciar los matices de la energía que nos conforma. Según donde este puesto nuestro foco atencional, estos matices irán cambiando.

A medida que nos conocemos a través de una escucha atenta, nos vamos dando cuenta con más precisión de cómo nos encontramos en este momento, que necesitamos ahora, como reaccionamos a los estímulos, nuestros hábitos…y entre otras cosas como dice la Dr. Estapé en este párrafo que os cito a continuación, vamos recuperando la serenidad y la confianza perdidas. Palabras reiteradas en varias ocasiones por Thérèse Bertherat, creadora del método pedagógico Antigimnasia®, en sus libros.

Marian Rojas Estapé en un párrafo de su libro: Cómo Hacer Que Te Pasen Cosas Buenas, de editorial Espasa, 11ª edición, capítulo 4, Ni lo que pasó, ni lo que vendrá; página 113.

“La observación de la respiración, con los ojos cerrados y prestando atención a cada una de las sensaciones del cuerpo, es una de las medidas más eficaces para estimular el funcionamiento del sistema nervioso parasimpático -que, como ya dijimos, regula el equilibrio interno o homeostasis, activa los órganos que mantienen al organismo en situaciones de calma – glándulas salivares, estómago, páncreas o vejiga- e inhibe aquellos que preparan al organismo para las situaciones de emergencia o tensión -iris, corazón o pulmones-

Cuando uno consigue mantener su atención enfocada en la respiración, en el presente, en el aquí y el ahora, desechando cualquier pensamiento que le dirija hacia el pasado o le enfoque hacia el futuro, va logrando poco a poco, con cada respiración relajarse y recuperar la serenidad y la confianza perdidas.”

Comenzamos el miércoles 15 de enero a las 10hs. Como siempre será un gusto contar con vosotras si decidís continuar.     

Un saludo,

Beatriz

Para mí define muy bien el estado en el que comienzo la sesión y tras ésta, el estado en el que la termino. Es un momento de transición porque entro, digamos, «desnuda» de expectativas, al no saber nunca qué vamos a hacer exactamente y qué se va a mover, y después de todo el encadenamiento de experiencias, siempre ha surgido algo nuevo en lo que he reparado, que estaba ahí y no tenía conciencia, o un estado nuevo de paz que necesitaba y no sabía encontrarlo o ni siquiera sabía que lo necesitaba tanto, o un ajuste corporal que me hace que se haya transformado aquella tensión o percepción de mi cuerpo, o que ésta siga allí igual, pero haya descubierto algo nuevo en él, ya sea un movimiento, una postura… y eso, aunque sea en las horas o días siguientes, crea un estado diferente al que he llegado gracias a la transición de dedicarme esas dos horas a estar pendiente sólo de mí y de mi cuerpo. El caso es que después de cada sesión ha habido una sensación de transformación, casi siempre a mayor bienestar, o por lo menos, a una toma de consciencia de algo que ronda en mi cuerpo, mi mente o mis emociones. Carmen S.R

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